miércoles, 9 de agosto de 2017

LA EDUCACIÓN BILINGÜE

En muchos países alrededor del mundo, las escuelas han implementado programas de educación bilingüe.  Para fortalecer el bilingüismo, o dominio de dos idiomas, algunos planteles enseñan a los niños primero en su lengua nativa y luego cambian al inglés.  Otros los sumergen en el inglés desde el comienzo utilizando el método EISL (Enseñanza del Inglés como Segunda Lengua).

Sobre la efectividad de estos dos enfoques en la educación bilingüe existe controversia. El asunto es difícil de resolver ya que la mayor parte de la investigación se ha dirigido solamente hacia la manera como los niños aprenden inglés y no a qué tan bien lo hacen en la escuela y en la sociedad en general.  Una ventaja del primer método es que al hacer énfasis en el valor de la lectura y la escritura de su lengua nativa, los niños llegan a ser verdaderamente bilingües y además se pueden sentir orgullosos de su identidad cultural.  

Otra pregunta es si un niño con dos idiomas no llega a dominar a plenitud ninguno de los dos.  Éste no parece ser el caso.  De hecho, cuando la segunda lengua se ha aprendido sin ningún sacrificio de la primera, y cuando el bilingüismo causa admiración, los niños que hablan dos idiomas tienden a alcanzar niveles más altos de logros cognoscitivos.  Conocer una lengua no interfiere con el aprendizaje de otra y el aprendizaje de ésta no le quita fluidez al niño con la primera. 

Los niños bilingües pueden cambiar con facilidad de un idioma al otro.  Cambiar de lengua para corresponder a una situación, o intercambio de código lingüístico, parece ser algo natural en estos niños quienes aprenden muy pronto, por ejemplo, a hablar con sus padres de una manera diferente a como hablan con sus amigos.  Un ejemplo común del intercambio de código lingüístico se presenta entre algunos afroamericanos que hablan inglés estándar en la escuela, en el trabajo y el mundo exterior, pero que emplean el inglés de su entorno racial cuando charlan con su familia o amigos.  Esta forma del idioma inglés, empleada por algunos estadounidenses de raza negra, tiene una gramática particular que parece derivarse de lenguas africanas.  Como no se ajusta al inglés estándar, su uso dentro de la sociedad en general puede considerarse una falla mientras que en el medio informal sirve para afianzar los nexos culturales. 

Otro aspecto de interés es el costo de la educación bilingüe.  Para que un programa sea eficaz, los profesores deben conocer y estar en capacidad de enseñar ambas lenguas, y los grupos de clase deben ser pequeños.  Muchas escuelas consideran los programas bilingües como un lujo que no pueden pagar.  Sin embargo, muchos niños inscritos en aulas donde se habla inglés sin ninguna instrucción especial en ese idioma fallan en su trabajo escolar y bien pueden retirarse de sus estudios lo que representa, al final, más costos para la sociedad que la educación bilingüe.

El bilingüismo no es sólo un tema educativo sino también político; así, en Canadá, donde se espera que los niños nacidos allí hablen inglés y francés, la población de algunos distritos cuenta con más personas de un grupo cultural que del otro.  En Estados Unidos, el asunto se refiere más a cómo integrar a los inmigrantes.  Además, el bilingüismo tiene ramificaciones psicológicas ya que la identidad se haya relacionada con la cultura y el lenguaje, y la autoestima se ve afectada por lo que sucede en la escuela y por el desempeño que se demuestre en la sociedad.


FUENTE:  Adaptado de “Psicología del Desarrollo”.  Diane E. Papalia y Sally Wendkos Olds.